junio 06, 2017

Mi juventud, mi frustración

Hace un mes caí en cuenta de que he estado perdiendo demasiado tiempo haciendo cosas que nunca me van a llevar a donde quiero estar. Por suerte conocí a un grupo que me inspiró a seguir mis sueños de verdad, a trabajar duro para lograrlo; y realmente no tendría mucha complicación para trabajar duro si no fuera porque eso implica salir de un cascarón de 5 metros de espesor.

Me di cuenta de que soy débil y cobarde, de que sí me importa lo que piense la gente, que le tengo miedo al fracaso, que de lo único de lo que me siento segura es de lo más improbable, de que ahora quiero hacer esto para cumplir un sueño de fan y no porque mi corazón me lo esté pidiendo como lo hacía antes; igual eso no me quita las ganas de perseguirlo. 

Me encuentro en el limbo más paralizador en el que he estado nunca. Quiero cantar, pero no hago los ejercicios correspondientes por pena a que mi familia me escuche; quiero ser una estudiante responsable, pero la flojera me carcome; quiero ser más activa en las redes sociales, pero no sé cómo manejarlas; quiero hacer amigos online, pero no soy lo suficientemente interesante como para que alguien me quiera escribir, tal vez debería escribir yo, la verdad es que no sé. Me estoy encontrando 500 problemas al día y eso no es saludable, no es lo que busco, yo solo quiero progresar.

Así que busco hacerlo. Quiero tomarme lo del canto muy en serio; estudiarlo, practicarlo, y cuando busco instituciones que me permiten hacerlo, están fuera de mi presupuesto; y es en este momento en el que la situación país actual en la que vivo me quita todas las ganas de hacerlo. 

Mi propia mente no me permite hacer las cosas que debo realizar para lograr mi propósito y el país en el que vivo no me deja distraerme de mi propia mente. No puedo salir a la calle por miedo a encontrar disturbios, no puedo comprar nada porque el dinero no me alcanza y no veo clases porque me pueden meter presa, robarme o matarme. 

La verdad es que debo estar pasando por un momento de transición muy grande para ya no saber quién soy, aunque lo más probable es que nunca lo haya sabido. Al escuchar una canción ya no sé si me gusta, cuando quiero practicar digo que no es el momento indicado como excusa para no hacerlo, cuando quiero estudiar mi flojera no me lo permite. Mi problema soy yo, literalmente.

He pensado miles de veces cómo la pena no me debería paralizar, que los errores que tanto temo que escuchen los demás son necesarios para progresar y para que escuchen algo mejor, pero son mantras en vano, vacíos de determinación y verdadera motivación. Si a todos el simple pensamiento de hacer lo que quieren les quita la vergüenza, ¿por qué yo lo sigo pensando tanto? ¿Por qué tengo que pelear tanto conmigo misma para lograr dar el paso de una hormiga? ¿Por qué para mí es tan difícil lo que para otros es lo más fácil del mundo? 

Es en momentos como estos, cuando reflexiono sobre lo que me pasa, en los que odio mi consciencia tanto como en anteriores veces la he amado, en los que solo quiero apagar mi mente por el resto de mi vida y dejar que mis deseos me guíen. Sé que probablemente no habría un resultado positivo, porque para algo tenemos consciencia, pero sé que al menos cumpliría con mis obligaciones, lo que es irónico si tomas en cuenta el sentido de la responsabilidad. 

Me siento irresponsable, inmerecedora de mi universidad y del estudiantado al que pertenezco, de la mitad de mis amigas... La flojera me ha controlado en los últimos meses y lo único que me ha llevado a estudiar algo e ir a algunas clases es el mismo sueño de fan del que hablé anteriormente que, repito, no debería ser mi motivación principal.

Así que llegamos al punto en el que me doy cuenta de que lo que se supone que sea el mejor momento de mi vida es mi mayor frustración, una etapa en la que no puedo hacer aquello que quiero porque ni mi cerebro ni mi país me lo permiten. Un período de tiempo en el que ni mis deseos más profundos ni mis antojos más erráticos pueden ser satisfechos. Un momento de mi vida en el que ni soy feliz, ni soy yo.

abril 20, 2016

Y me di cuenta de que el único legado que dejaría en el mundo serían exámenes repletos de palabras sin más significado personal que una simple nota.

enero 23, 2016

Peso de Consciencia Inexplicable

No sé por qué sin importar cuánto tiempo haya pasado ya, sigo pensando en ciertas cosas que no debería pensar o que simplemente debería tener ya superadas.

Tengo un cargo de consciencia que no se supone que tenga, porque yo realmente no hice nada.

Es como si lamentara haber causado lo que pasó, cuando soy inocente. Es ver que la culpa fue puesta en mí. Es sentir que me reclamen una decisión que forma parte de mis principios o planteamientos.

Mi intención no era conseguir que pasara esta situación porque, de hecho, mi mira estaba puesta en otro objetivo. Yo no tenía ninguna intención destructiva referente al asunto. Sentimientos surgieron de un lado y fueron expresados múltiples veces cuando, dentro del contexto, no debió haber pasado. Esos sentimientos fueron recibidos por un sujeto que estaba desesperado por esas demostraciones de afecto y esa situación fue percibida por quien debió haber recibido todos los halagos.

¿Ven cómo estoy en el medio? 

La cosa es que no me arrepiento de nada; lo lamento, pero no me arrepiento. Porque la situación fue que quien debió recibir dichas emociones no ayudaba a su caso, de hecho, cavaba su propia tumba; el verdadero receptor fue desarrollando sentimientos y el pobre confundido se encontraba en una situación en donde no tenía otra opción que simplemente escoger, porque incluso cuando él intentaba que las cosas se mantuvieran como estaban, en su cabeza siempre estaba la imagen de un "¿Qué pasaría si?" que lo obligaba, involuntariamente, a decidir.

Varias decisiones fueron tomadas, para el bien y el mal de dos personas distintas, para ambos bien y mal de la otra persona. Y aunque fácilmente pudieron ser decisiones que cambiaron el rumbo de las tres personas, yo no me arrepiento de nada, porque no hice nada, o al menos no hice algo fuera de lo que ya yo estaba consciente que sería capaz de hacer. Sólo estaba siendo yo misma y, aunque suene como si fuera sido intencional (que no lo fue), eso bastó.

Siempre he pensado que la lógica y el amor están por encima de todo, y esas dos cosas fueron las que utilicé para tomar mi decisión. Y aunque ahora me siento rechazada por un grupo de amigos que pensé que mantendría por más tiempo, soy feliz.

Así que lo siento si tal vez fui una motivación a la hora de que cierta decisión fuera tomada, pero ese tipo de "motivación" que fui, escapa de mis manos. Realmente lamento que hayas sufrido tanto en el proceso, que tu imagen de mí haya cambiado, que pienses que nuestra amistad no fue verdadera. Lo siento si piensas que la decisión que yo tomé fue traicionera o inmoral, pero no iba a dejar pasar la más grande oportunidad de ser feliz que me han dado. 

Sabía que tenía que escribir sobre esto para aclarar mi mente y saber por qué me sentía de esta forma, saber si debía o no sentirme así; y con lo que me quedo es que: sí, lamento algunas cosas, pero no me arrepiento de nada.

octubre 05, 2015

Es raro mirar hacia atrás y ver cómo las cosas fueron evolucionando hasta lo que somos ahora.

septiembre 22, 2015

julio 26, 2015

Adiós, Ilusionista Barato...

Veo mi última publicación y no sé si me estaba refiriendo a la misma persona de la que voy a hablar ahorita, pero definitivamente no fue un capricho.

Un bendito año y medio.
Lo odio por eso, en serio.
Por gustarme y no saber por qué.
Por hacerme pensar que esta vez sí tenía oportunidades cuando la verdad estaba muy lejos de eso.

Ilusionista barato.

Si hay algo bueno de todo esto, es que siempre me he podido deshacer de mis sentimientos rápidamente, y yo nunca entendí por qué me gustaba, solo sabía que lo hacía, pero está muy apartado de lo que yo consideraría mi BOYD (Boy Of My Dreams) y eso me hace despertar fácilmente, además que no me gusta considerarme masoquista, tengo mi dignidad alta y, si no te quiere, pues, no te quedes. Punto.

Allá él si no quiso nada conmigo, yo sí creo que si me llegara a conocer bien, se arrepentiría. Simplemente me dio la oportunidad de encontrar a alguien que sí valga la pena y que tenga razones para gustarme.

Lo que más me molesta es haber escrito:

Xxxx: *En espera*

No, él no estaba en espera. Él era un "fail" directo, pero él no me lo hizo ver, y por eso en estos momentos le tengo rencor.

Ilusionista barato, definitivamente. 

enero 03, 2015

Sería muy irónico que, después de tanto tiempo, hubieras sido solo un capricho.